Cabalgando de vuelta llegaron a tiempo para el juicio contra Stern. Cuando el barón estaba a punto de dictar sentencia, Naiada y Rhaegar surgieron de entre la multitud. Naiada tocó la flauta de Marston, y una conversación comenzó a oirse por toda la plaza, acusando a De Villen del crimen. Grimstone, sin perder tiempo, ordenó la detención del semielfo, que saltó sobre la multitud, abriendose camino a estocadas mientras huia hacía la puerta norte. El caos se desató en la plaza, al tiempo que Grimstone reparó en los heroes y ordenó prenderlos. La guardia se abalanzó sobre Naiada, y Rhaegar corrió tras De Villen, empujando a la marea humana que huía en dirección contraria, la vista puesta en el asesino...
Crónicas de una campaña de D&D, en un mundo fantástico, lleno de seres extraños...
lunes, 4 de julio de 2011
EN EL ÚLTIMO MOMENTO
Los heroes consiguieron escapar de la mazmorra de los Saqueadores Sangrientos en el último momento. Los ladrones escaparon y activaron la trampa definitiva, encerrando a los heroes en el interior mientras la base comenzaba a inundarse. Jugandose la vida a contrareloj, consiguieron encontrar a Arthur Silverhawk y su hijo Adrian, que habían sido encerrados y torturados por los hombres del Zorro Gris. Siendo amigo personal del barón Markelhay y miembro de su consejo, Silverhawk prometió ayudarles en todo lo posible, retrasando el juicio de Eric Stern. Pero ellos debian encontrar las pruebas contra De Villen.
Cabalgando de vuelta llegaron a tiempo para el juicio contra Stern. Cuando el barón estaba a punto de dictar sentencia, Naiada y Rhaegar surgieron de entre la multitud. Naiada tocó la flauta de Marston, y una conversación comenzó a oirse por toda la plaza, acusando a De Villen del crimen. Grimstone, sin perder tiempo, ordenó la detención del semielfo, que saltó sobre la multitud, abriendose camino a estocadas mientras huia hacía la puerta norte. El caos se desató en la plaza, al tiempo que Grimstone reparó en los heroes y ordenó prenderlos. La guardia se abalanzó sobre Naiada, y Rhaegar corrió tras De Villen, empujando a la marea humana que huía en dirección contraria, la vista puesta en el asesino...
Cabalgando de vuelta llegaron a tiempo para el juicio contra Stern. Cuando el barón estaba a punto de dictar sentencia, Naiada y Rhaegar surgieron de entre la multitud. Naiada tocó la flauta de Marston, y una conversación comenzó a oirse por toda la plaza, acusando a De Villen del crimen. Grimstone, sin perder tiempo, ordenó la detención del semielfo, que saltó sobre la multitud, abriendose camino a estocadas mientras huia hacía la puerta norte. El caos se desató en la plaza, al tiempo que Grimstone reparó en los heroes y ordenó prenderlos. La guardia se abalanzó sobre Naiada, y Rhaegar corrió tras De Villen, empujando a la marea humana que huía en dirección contraria, la vista puesta en el asesino...
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