Dicen que la talla de los heroes se mide por la grandeza de sus enemigos. Tras vuestra última batalla se puede decir que os habeis ganado ese título con creces. Sólo los muy locos, o los muy bravos, hubiesen osado enfrentarse al Caballero Maldito. Cuando la batalla terminó, los heridos comenzaron a despertar. Todos menos uno. Dolser, el ermitaño, el silencioso, había caido. Siempre fue el primero en enfrentar el mal. El primero en defender a sus compañeros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario