miércoles, 20 de octubre de 2010

EL OCASO DE LOS DIOSES


El año 1352 de la Edad del Hombre fue llamado el del Ocaso de Mishtra, la Diosa de la Magia. Mas de cien años han pasado desde el dia en que un mortal ávido de poder desafió y asesinó mediante traiciones e inquinas a la misma Diosa de la magia, esperando así entender la estructura del conocimiento de los mismísimos dioses. Ante tamaña amenaza, los Poderes se enzarzaron en una lucha fraticida de la que no todos regresaron indemnes. Tyr, Señor de la justicia, paladín de los Dioses, se enfrentó en un viaje sin retorno al advenedizo mortal, y sacrificó su esencia para proteger a los suyos. Debilitado por el esfuerzo, no reparó en la presencia de Cyric, Maestro de la traición, hasta que el aliento helado del olvido lo envolvió como un pesado sudario. Con Tyr muerto, Mystra muerta, y varios Dioses exhaustos, la propia Muerte, Kelembor, surgió como una fuerza imparable dispuesta a tragarlo todo y a todos.

Unos dicen que los Dioses unieron sus últimas fuerzas para encerrar Kelembor antes de que su furia tragase el Mundo. Otros dicen que la propia muerte devoró a su Señor, y su esfera pasó a manos de una joven mortal. Nadie lo sabe con certeza. Nadie puede saberlo.

Lo único cierto es que hace cien años, el mundo era un lugar donde la magia fluía como un exhuberante manantial. Hoy, el manantial esta practicamente seco, y los pocos que todavía la controlan lloran en sus sueños más intimos, pues muchos de los antiguos secretos arcanos se han perdido en las mareas de la historia.

lunes, 11 de octubre de 2010

CHARLAS DE CAMPAMENTO





Largas jornadas de viaje esperan a cualquier aventurero que se precie. Dias de tensión que se va acumulando, sabiendo que en cualquier momento un grupo de monstruos puede atacar desde cualquier recodo. Pero al final del dia, al calor de la hoguera, con los pies doloridos y los estómagos repletos, las cosas se ven de un modo mas claro.

Deberiamos habernos puesto a discutir en voz alta frente a los guardianes? Es mejor salir corriendo en pos de la acción, o se deberían parar unos minutos para tratar de equiparnos. llevar el combate al pasillo para enfrentarnos de uno en uno a pedradas, o retirarse y emboscar? El clérigo pega, o se queda acunillado en un rincón dispuesto a lanzar heals...

Todas esas cuestiones se debaten aqui, en el campamento, al lado del fuego.

viernes, 8 de octubre de 2010

EL PRIMER DIA...


... el Lobo Blanco hablará.

Lamentablemente, el destrozado cuerpo de Elric no pudo dar ni una señal a los jovenes aventureros. Habían sido dos jornadas de viaje hasta las cuevas del colmillo roto, al pie de las montañas del espinazo del Dragón. Los kobolds, alertados por sus centinelas, se habían preparado a fondo. Decenas de alimañas cayeron esa noche a manos de la pericia marcial de Balasar, la magia de Nâyada, la fe de Karandur y Rhaegar, y el liderazgo inspirador de Aaron. Pero de ente todos ellos, sólo Dolser recibióo el máximo castigo. Como un viejo arbol enraizado ante el fragor de la tormenta, el ermitaño recibió el máximo castigo una y otra vez, levantandose como un titán cuando otros mas debiles se hubiesen abandonado a la muerte. Su valor y su entereza dieron tiempo al grupo para recuperar la iniciativa, y uno a uno, los malignos hijos de Tiamat fueron derrotados. Pero, cuando todo parecía ir a favor, una vorágine de poder bruto se abalanzó sobre ellos. Grom, guardaespaldas de Kelven el halfling, mercenario de la Mano Negra, protegía las celdas de los prisioneros.
Aaron ordenó a su equipo, posicionandose en grupos de combate dispuestos a repeler al poderoso guerrero. Se tantearon. Cualquier error significaba la muerte. Karandur, junto a Nayada y Balasar, se situaron en la retaguardia, dispuestos a servir como segunda leada. Dolser, Rhaegar y Greyjoy centraron la atención del mercenario. Y, de repente, como un torbellino de ira y sangre, Grom se abalanzó sobre ellos, golpeando fieramente a Dolser con su poderoso espadón de obsidiana. El guardian se tambaleó con el golpe. Tosiendo sangre, trató de recuperar la posición mientras Aaron olvidaba su estrategia para ofrecerle palabras de aliento. Karandur se acercó corriendo para asistir a su compañero caido cuando una daga traidora se cruzó en su camino. El maldito halfling no había abandonado a sus compañeros. Balasar y él se enzarzaron en un combate desigual con el asesino, que reia ante sus patéticos esfuerzos mientras esquivaba las estocadas.

La oscuridad se cernía sobre los heroes. Aquel poderoso rival, mas temible que cualquiera con quien se hubiesen enfrentado jamás, avanzó hacia Dolser dispuesto a terminar la tarea. Pero enfrente encontró a un joven, enfundado en una raida túnica negra. Sus ojos reflejaban la determinación de quien sabe que la muerte es solo un premio a ganar. Su espadón se alzó trazando un arco amplio, y un susurro helador cruzó la sala, como el abrazo de la Parca. El vengador de la Muerte golpeó con todo, la ira descargada hubiera partido a un hombre fornido, pero el titán apenas se tambaleó. Dos proyectiles magicos impactaron el poderoso pecho del guerrero, y mas tarde dos mas, haciendo que hincara la rodilla. Kelven, evitando ayudar a su compañero y amigo, prefirió desaparecer del combate. Mejor vivir para luchar otro dia, dicen los halflings. Greyjoy, como un comandante veterano, cambió el sentido de su arega. La batalla había dado un giro drástico, y era el momento de rematar eel combate. Pero todo aventurero veterano sabe que no se puede vender la piel del Dragón antes de haberlo cazado. Con un último rugido de ira, las heridas de Grom se cerraron, tan poderosa era la necesidad de matar del guerrero. Golpeó a Dolser con una ira y una desesperación intratables, mientras recibía las estocadas y losimpactos mágicos de sus enemigos. Con un impacto sordo, la enorme espada se clavó en el abdomen del warden, atravesándolo. Mientras la vida se escapaba resbalando por el filo de la espada, Dolser alcanzó a ver como el filo de Rhaegar cortaba el brazo de Grom con un tajo seco, al tiempo que dos proyectiles cargados de pura magia destructiva se llevaban una parte de la cara del guerrero. Su último recuerdo fue una pregaria entonada en el rocoso y aspero idioma de los enanos. Sólo entendió una palabra... "Moradin".

Cuando Doler se levantó, la compañía regitró la cueva de los Kobolds. Decenas de niños se agolpaban en estrechas celdas imprvisadas. Los que eran suficientemente mayores para entender lo que había pasado se alegraron de ver que volvían a ser libres...

Y entre todo el dolor, descubrieron que Elric, el Lobo Blanco, el profeta de Corellon, había entregado un Totem, un objeto de madera tallada, a un comerciante local de Cima del Salto. Los Kobolds lo sabían. La Mano Negra lo sabía. Y las fuerzas del Mal de la antigua Ciudadela del Guantelete se habían movilizado para encontrar al comerciante enano que tenía el objeto que hablaría con la voz de un Dios. Galvan...